Clases y Dimensiones de las estrellas

Los astrónomos tienen muchos instrumentos que usan en conexión con sus telescopios, con los cuales, además del estudio de las posiciones de los astros, realizan otras investigaciones. El interferómetro ha ayudado a determinar los diámetros de algunas de las estrellas; la cámara fotográfica se usa casi siempre que se observan, con el fin de que quede algo permanente relativo a tales observaciones; el espectroscopio se recurre para estudiar el espectro de las mismas y hacer espectrogramas de ellas. A los astrónomos les interesan los movimientos, las distancias, el brillo y el número de las estrellas, así como sus colores, temperatura y tamaño. Algunas son blanco azuladas o blancas, mientras que otras son amarillas, anaranjadas o rojas. Hay estrellas que irradian escaso calor, en tanto que el de otras es muy intenso. Su temperatura superficial varía desde 1.600 hasta 20.000 grados C., y la interior pasa, en algunas, de 20.000.000 de grados. Algunas estrellas más pequeñas son poco más o menos del tamaño de Júpiter, mientras que hay estrellas gigantes con un diámetro 500 veces mayor que el del sol.   Una estrella puede tener un espectro semejante a los espectros de muchas otras estrellas. Las de espectro similar se colocan en la misma clase espectral. A dos clases especiales de estrellas se las llama las “gigantes” y las “enanas”. Las enanas blancas, rara vez observadas, son las más pesadas de todas las estrellas.


Las estrellas variables constituyen una numerosa clase especial. Son estrellas cuyo brillo o magnitud se altera, según se ha podido observar. En algunas el brillo cambia lentamente, durante un largo período de tiempo, hasta de muchos días o meses; en otras, varía en unos pocos días u horas. Estos cambios ocurren regular o irregularmente.  Algunas veces una estrella que gira en una órbita alrededor de otra estrella se interpone entre su compañera y el observador. Esto motiva el eclipse de la compañera y da lugar a que varíe su brillo. Dicha estrella es conocida como una variable eclipsante. Otras son variables intrínsecas, y su cambio de brillo se debe a una variación en su constitución física. Son estrellas pulsantes, que se contraen y se dilatan. Son notables la eclipsante de Algol, la pulsante Delta de Cefeo y la variable Mira Ceti.

Algunas veces se las llama transitorias, temporarias o novas a ciertas estrellas variables que aumentan repentinamente de brillo para luego volver a su estado primitivo. Son estrellas explosivas. Una de las más brillantes de estas estrellas fue descubierta por Tycho-Brahe en 1572, en la constelación de Casiopea. Era tan brillante como Venus, y visible aun en pleno día. Poco a poco, fue apagándose y, al cabo de 16 meses, no se vio más.

Existen también las supernovas, cuya luminosidad aumenta millones de veces. Se cree que la Nebulosa del Cangrejo consiste en los restos de la explosión de una supernova observada en el año 1054.

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