Cuásares quietos

La distinción entre las galaxias, cuásares y estrellas ya no se basa sólo en el aspecto de su imagen sobre la placa, sino también en otras características físicas. Al poco tiempo un nuevo descubrimiento complicó más el panorama, al entrar en escena una tercera clase de objetos, la de los “cuásares quietos”. Estos cuásares quietos se distinguen de los cuásares hasta ahora mencionados en que no radio emiten (es decir, están quietos). Casi es seguro que los cuásares y los cuásares quietos forman una sola clase de objetos, cuya denominación varía según emitan o no en la actualidad.


Observaciones posteriores agregaron más incógnitas a estos objetos. Por ejemplo, una gran parte de los cuásares presentan fluctuaciones luminosas importantes en lapsos de meses o de años. Si recordamos lo  dicho anteriormente sobre la relación entre intervalo de variación y tamaño de la fuente, resulta que las dimensiones de las regiones que emiten en los cuásares son del orden de meses o de años luz (es decir, décimos de parsec). En una región tan pequeña del espacio se produce la energía que irradia un cuásar, superior a la que emite una galaxia normal en un volumen de muchos kilo-parsec de diámetro.

Estas grandes energías han planteado interrogantes sobre la interpretación de estos fenómenos. En efecto, a la energía emitida se debe que veamos los objetos como muy luminosos, a pesar de su gran distancia. Una explicación diferente sería suponer que los cuásares se encuentran mucho más cerca de lo calculado, y en este caso la emisión de energía podría ser mucho menor. Sabiendo que la distancia se obtiene a partir de la relación distancia-velocidad.  Arp, astrónomo de Monte Palomar, ha puesto en duda la validez de esta interpretación y cita ejemplos en los que hay cuásares situados en la inmediata vecindad de galaxias normales. Lo que cabría esperar es que todos los objetos estuviesen a la misma distancia y tuviesen la misma velocidad, pero contra lo esperado se observan a veces diferencias de velocidad de hasta 10.000 kms. por segundo. Esto hace dudar de la estricta aplicabilidad de la relación velocidad-distancia, lo cual a su vez pone en duda si la distancia es tan grande y por ende si la energía emitida por los cuásares es realmente tan grande.

El astrónomo soviético Ambartsumian sostuvo hace muchos años la idea de que las galaxias nacen como entes muy compactos, es decir como un núcleo denso que, luego, mediante explosiones gigantescas, forman su envoltura y se transforman en galaxias normales. Esto tiene un cierto paralelo con la formación de nebulosas planetarias a partir de estrellas, si bien aquéllas se producen al final de la evolución del núcleo y no al principio. En este contexto hay que mencionar también el descubrimiento de las llamadas galaxias compactas. Estas son galaxias menos brillantes que los “cuásares quietos”, pero comparten con ellos el diámetro extremadamente pequeño (aspecto casi estelar). No tienen en general velocidad radial muy grande, lo que implica que tampoco están muy lejos. Bien podrían se, dentro del esquema de Ambartsumian, las galaxias aún no evolucionadas que en algún momento futuro darán lugar a las galaxias espirales, elípticas o irregulares clásicas. Como se ve, las perspectivas abiertas en los últimos años son realmente apasionantes. 

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